Visitante número

viernes, 29 de octubre de 2010

Por encima del mar, desde la orilla americana del atlantico



¡Si yo hubiera podido, oh Cadiz, a tu vera,
hoy, junto a ti, metido en tus raíces,
hablarte como entonces,
como cuando descalzo por tus verdes orillas
iba tu mar robándole caracoles y algas!

Bien lo merecería, yo sé que tú lo sabes,
por haberte llevado tantos años conmigo,
por haberte cantado casi todos los días,
llamando siempre Cádiz a todo lo dichosos,
lo luminoso que me aconteciera.

Siénteme cerca, escúchame
igual que si mi nombre, ti todo lo tangible,
proyectado en la cal hirviente de tus muros,
sobre tus farallones hundidos o en los huecos
de tus antiguas tumbas o en las olas te hablara.
Hoy tengo muchas cosas, muchas cosas que decirte.

Yo se lo que lejano,
sí, que lo más lejano, aunque se llame
Mar de solis o Río de la Plata,
no hace que los oídos
de tu siempre dispuesto corazón no me oigan.
Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.

Rafael Alberti